Dr. Héctor Varas M.
Durante la semana pasada Venezuela ha sido el
centro de la noticia internacional, debido a la disputa por los comicios
presidenciales donde el presidente Maduro y sus seguidores no han querido
reconocer que la oposición triunfó, donde varios países han reconocido como
presidente electo al señor González. Estas noticias se han concentrado en los
aspectos de carácter político, especialmente
cómo se ha ido modificando el sistema democrático del país, dada las
reformas constitucionales que se han desarrollado en el tiempo.
No obstante, es relevante analizar algunos
aspecto económicos de este país, uno de ellos es ver el comportamiento del PIB,
producto interno bruto, la producción de
este país en el tiempo. En 1970 el país tuvo un PIB de US$ 11.561 millones con
un PIB per cápita de US$1.018, logrando
en 1980 su PIB de US$ 69.841 millones y PIB per cápita de US$ 4.671, un
crecimiento de más de 6 veces en términos de producción, debido
fundamentalmente por el aumento de su principal producto de exportación, el
petróleo en términos de cantidad y
precio. Para el año 1990 el PIB había decrecido a US$ 48.391 millones y el año 2000 logró crecer a US$ 117.596 millones,
logrando su máximo el año 2012 a US$ 372.757 millones, para luego desplomarse
en el año 2018 a US$ 102.084 millones, con un PIB percápita de US$ 3.423,
inferior al de 1980. Los habitantes poseen un bajísimo nivel de vida en relación a
los 196 países del ranking de PIB per cápita con un índice de desarrollo humano
que muestra una mala calidad de vida.
Respecto de las exportaciones el valor más alto
alcanzado de US$ 97.340 millones fue en 2012, y al año 2023 solo alcanzó la
suma de US$ 8.470 millones, sus importaciones para esos años registraron US$
51.331 millones y US$ 11.180 millones, respectivamente. En el año 2008 tenía la
capacidad de producir 3.230.000 barriles diario de petróleo deteriorándose su
capacidad a 650.000 barriles diarios en 2021. Su deuda pública en el año 2000 fue
de 27,70% y en 1917 registró 133,61% ambos
valores en relación a su PIB, lo que se complementa con su déficit público que
desde 2006 ha ido creciendo negativamente respecto del PIB, desde -1,61% hasta
-13,27 en el año 2017.
La percepción de corrupción gubernamental de
sus habitantes ha empeorado, en 1998 ocupaba el ranking 38 y en 2020 tuvo el
lugar 177 de los países más corruptos,
entre 180 países analizados.
Lo anterior, demuestra que el futuro presidente
poseerá grandes desafío para revertir la situación económica de Venezuela.