Desde hace décadas
autoridades comunales y regionales han
manifestado el interés de implementar un corredor bioceánico entre los océanos
Atlántico y el Pacífico, y se ha avanzado, se destaca el denominado corredor central
que une Brasil con Chile mediante Bolivia, que actualmente no es plenamente
explotado por la inestabilidad política y económica de este último, situación
que crea incertidumbre para los operadores de comercio internacional, y que
requiere conocimientos y experiencias para los freight forwarders que operan en
ese corredor. Este corredor ha involucrado una mayor actividad logística
explotando principalmente las instalaciones e infraestructura de los puertos de
Arica e Iquique.
Por otra parte, ha surgido a
través de los años una variante respecto del corredor central antes mencionado,
se ha ido gestionando por parte de las autoridades centrales y regionales el Corredor
Trópico de Capricornio, en coordinación con otros gobiernos que logra conectar
el puerto de Santos, en Brasil, pasando por Paraguay y Argentina, hasta llegar
a los puertos en el norte de Chile conectando con Antofagasta, Angamos e
Iquique.
Entre los beneficios potenciales
que se espera de este tipo de corredores es el aumento del valor agregado de la
actividad económica, no solo en los servicios de logística y turismo, que se
asume que serían los primeros sectores beneficiados, sino que más bien en las
actividades productivas que se pueden ir generando en el tiempo en la medida
que se puedan ir integrando empresas de diversos
territorios cercanos al corredor que pueden operar con socios comerciales de países vecinos y distantes de ultramar. En
este sentido, se poseen expectativas de reducir costos y tiempos de transporte
de mercancías al disponerse de una ruta más directa entre Asia y Sudamérica, para
actividades de exportación e importación de los países involucrados.
El tratado Acuerdo sobre
Transporte Internacional Terrestre (ATIT) firmado en 1990, en el marco de la ALADI
por los estados involucrados en el Corredor, posee una importancia de base para
iniciar la gestión de su mejoramiento, de tal forma que asegure y entregue
certeza de un transporte expedito para lograr la eficiencia de la distribución
física de mercancías, especialmente en lo que se refiere al Manifiesto
Internacional de Carga/Declaración de Tránsito Aduanero (MIC/DTA), en forma
electrónica que hace más eficiente el tránsito de mercancías por modo terrestre
en los pasos fronterizos existentes, debidamente habilitados.
Dr. Héctor Varas M. Académico - Consultor
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