En Chile ha existido un amplio debate nacional respecto de las pensiones de jubilados que no les alcanza para vivir con condiciones de bienestar semejantes a la del tiempo que se mantuvieron activos. Por una parte, el eslogan “No + AFP” señalaban la demanda de un cambio del sistema de pensiones por una de reparto. Pero, se sabe claramente que este tipo de sistema no es posible de acuerdo con la estructura piramidal de la población chilena y, además, hace décadas el reparto no solucionó el problema de la sociedad chilena.
La reforma previsional que se ha
discutido largos años en el congreso, pareciera que podría estar terminando.
Pero, con resultados que no dejaría conforme a la sociedad chilena, sin bien se
reconoce que el ahorro que ha ido a capitalización individual no es suficiente
ya sea porque las personas dependientes de empleadores no han logrado ahorrar
lo suficiente por que han experimentado tiempos sin trabajar, o han trabajado
de manera informal sin cotizaciones previsionales, y también se agrega la mayor
longevidad de las personas. Por otra
parte, el género femenino trabaja menos
tiempo laboral porque cumple el rol maternal, donde sus hijos necesitan de su
apoyo personal y presencial de acuerdo con la condición de cada familia. Como
solución inicial se implementó la pensión general universal que ayuda a
aumentar el valor de pensión de los jubilados, pero se estima que es
insuficiente, y el Estado necesita los recursos para financiarlo.
La propuesta hasta ahora se
fundamenta en un aumento del 7% de cotización previsional, de cargo del
empleador. Un 6% sería de capitalización individual de los trabajadores con
derechos de herencia, pero parte de este porcentaje los trabajadores le prestarán
1,5% al Estado como Fondo Autónomo de Proyección Previsional reembolsable al
jubilarse y el 4,5% como destino directo al ahorro individual. Por otra parte,
el 1% que complementa al 1,5% existente a Seguro de Invalidez, y compensación a
mujeres por mayor expectativa de vida. No obstante, no está claro aún los
términos de la rentabilidad para los trabajadores del préstamo que otorgarán al
Estado y cómo se garantizará su devolución. Además, Se cambiaría el sistema
multifondos por otro de tipo generacional, y podrán ingresar nuevas entidades
que podrán participar en la administración de fondos que le darían una mayor
competitividad al sistema. Esta reforma debe pasar a la Comisión de Hacienda
del Senado y luego a la Cámara de Diputados para su aprobación como ley.
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