Para muchos llamó enormemente la atención lo ocurrido la semana pasada en la oficina oval de la Casa Blanca, tal vez es la primera vez que se presenta ante los medios de comunicación detalles de una negociación diplomática, en este caso entre Estados Unidos y Ucrania, que permitía a los EE.UU. explotar en forma conjunta con Ucrania sus potenciales yacimientos de tierras raras de las que carece los Estados Unidos para compensar el gasto de EE.UU. en la guerra. Donde ambos actores estuvieron expuestos a las dinámicas de la prensa, lo que no se debería hacerse en relaciones diplomáticas estratégicas.
La política exterior de EE.UU. que tiene como
principal objetivo resguardar su interés nacional mediante la Comisión
de Intereses Nacionales Norteamericanos que consiste en: “evitar cualquier
ataque contra EE UU con armas de destrucción masiva; evitar el nacimiento de
hegemonías hostiles en Europa o Asia y de potencias hostiles en las fronteras
de EE UU o que controlen los mares; evitar el derrumbamiento de los sistemas
globales de comercio, mercados financieros, suministro de energía y medio
ambiente; y asegurar la supervivencia de los aliados de Estados Unidos”.
No obstante, el mantenerse estos intereses vigentes le ha significado un
alto costo fiscal que le es cada vez más difícil de sustentar, en la guerra
fría su costo fue cercano al 6% del PIB, y se estima que en el año 2023 fue de
US$ 806.000 millones.
Actualmente, la administración Trump está
gestionando la disminución del gasto público para disminuir su déficit fiscal y
endeudamiento, y esto es uno de los grandes motivos porque Trump ha manifestado
en la OTAN de disminuir su compromiso, y que Europa no ha asumido el rol pleno
de los que respecta su defensa.
Por otra parte, Ucrania busca que Estados
Unidos garantice el término de la guerra, a cambio de la explotación de tierras
raras, y para ello consideran a Putin como un negociador que no cumple con sus
compromisos de alto al fuego. La participación del vice presidente Vance, surgió
cuando Zelenski manifestó que la apropiación de Rusia a Crimea desde el 2014
los presidentes de EE.UU. estuvieron ausentes, incluido el primer período de
Trump. Lo que dejó expuesta la imagen política de éste ante la prensa, para
luego se increpara a Zelenski por Trump que no quiere la paz y arriesga una
tercera guerra mundial, terminándose abruptamente la negociación, donde Zelenski
y Europa aún esperan un apoyo de los
EE.UU.
Dr. Héctor Varas M.
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