En la disciplina de la psicología es muy común el concepto
de resiliencia que se relaciona con la capacidad de sobreponerse a momentos
críticos y adaptarse después de experimentar situaciones inesperadas. La
pandemia, la crisis económica que ésta ha implicado debido al confinamiento, la
incertidumbre del clima social en Chile para los próximos meses trae consigo
una serie de complejidades que cada persona siente en forma diferente,
sintiendo diversos síntomas asociados al estrés de tipo individual, pero
también organizacional.
Las comunas de Iquique y Alto Hospicio están en la etapa de
transición, iniciando un proceso de ajuste paulatino como un primer paso a la
normalidad, muchos se irán incorporando al trabajo gradual en forma presencial,
y otros que tan tenido que estar en forma continua asistiendo a su trabajo
cotidianamente frente a la incertidumbre de la salud personal y familiar.
Las personas que poseen la virtud de ser resilientes tienden
a ser asertivos y poseen la capacidad de convertir el dolor en una virtud
cuando se padece una enfermedad, la pérdida de un trabajo, la crisis en
negocios, la pérdida de un ser querido entre otros. La cualidad es sobreponerse
y encontrar lo espacios de crecimiento y desarrollar su máximo potencial.
Estas características personales que son adquiribles
perfectamente para cualquier persona, también es posible tratarla a nivel
organizacional para cualquier empresa que lo necesita para enfrentar tiempos
difíciles como los actuales para lidiar con la depresión y el estrés
postraumático, que les permita convertir sus experiencias más complejas en
catalizadores de un buen desempeño.
Uno de los factores claves para lograr la resiliencia es
enfocarse en el optimismo, dado que los reveses se interpretan como algo
temporal y que son superables, y posibles de ser cambiados, y tener el
convencimiento de que se puede gestionar al respecto, dado que esto logra
reducir la ansiedad y la depresión.
Para lograr mayores capacidades de resiliencia se deben
fortalecer cuatro dimensiones: la aptitud emocional, familiar, social y la
espiritual, esta última no se relaciona necesariamente con religión sino de
sentirse que se pertenece a algo más grande que uno mismo.
Para lograr sobrepasar las crisis es fundamental generar una
autorrevelación constructiva personal y de la organización que uno pertenece,
visualizar el trauma como problemas y potencialidades para gestionar oportunidades
de crecimiento.
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