El Fondo Monetario Internacional
ha publicado recientemente en uno de sus
blog los posibles efectos de la pandemia en países en desarrollo, especialmente
en América Latina. Si bien es cierto que gran parte de los países del
continente lograron un crecimiento antes del COVID 19, obteniendo avances
significativos en la reducción de la pobreza y en el mejoramiento de esperanza
de vida. El surgimiento de la pandemia trae consigo un efecto regresivo en lo
logrado, las medidas sanitarias que han impedido asistir en forma normal a las
jornadas de trabajo, ha afectado a la empleabilidad de las personas.
Por otra parte, antes de la
crisis sanitaria se registraba un alto porcentaje de jóvenes inactivos sin
participar en el mercado laboral y también no asistían a procesos educativos o
de capacitación; además, también se apreciaba en mujeres brechas de
posibilidades de empleo respecto a hombres, que lo más probable tendrán un
impacto mayor en términos de bienestar durante la pandemia y después de ella.
La pandemia ha afectado la
capacidad de estar empleados, especialmente en aquellos trabajadores que poseen
un distanciamiento a las actividades digitales, y por lo general corresponde a
los de menor calificación y por lo tanto de menores ingresos, o los que
requieren trabajar en forma presencial para lograr sustentar sus ingresos, y
esto tendrá como consecuencia un aumento en la pobreza, retrocediendo en los
avances que habían logrado anteriormente en las últimas décadas.
Al menos el FMI señala que así
habría ocurrido en los EE. UU. que los trabajadores de menos ingresos que no
podían trabajar desde sus casas perdieron probablemente sus empleos, y esto
afecta a la distribución del ingreso. El COVID 19, ha tenido un mayor efecto en
el deterioro de la distribución del ingreso que otras pandemias históricas, se
estima que el indicador de GINI que lo mide aumentará a 42,7 en 78 países,
similar a lo ocurrido durante el 2008 en la crisis sub prime, aumentando la
pobreza en 8%.
Esta situación significará que
los estados de Latinoamérica deberán destinar recursos públicos en ayuda a este
sector socioeconómico más vulnerable debiendo aplicar políticas públicas de
contingencia para el sustento. Luego, formular políticas que permitan aumentar
el empleo y su respectiva inserción laboral, especialmente en la instrucción y
capacitación en el trabajo digital en gran parte de la población complementado
con mayor accesibilidad a internet.
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