Si se analiza las tasas de crecimiento del PIB en américa latina y caribe publicadas por el Banco Mundial a precios actuales, de un año con respecto a otro, es posible apreciar que la Región desde el 2012 al 2018, datos disponibles a la fecha, ha tenido un crecimiento entre el 2,8 y – 0,3 %, muy lejano del crecimiento experimentado en el quinquenio del 2004 al 2008, que varió entre el 3,9% al 6,3%. En este contexto de tasa de crecimientos distintas, es conveniente analizar que ocurre con el entorno internacional de Tarapacá.
Respecto de los antecedentes existentes
asociados a Chile, Perú, Bolivia, Paraguay, Brasil y Argentina se puede
analizar que el crecimiento ha sido reducido, especialmente por las variaciones
que experimentó Brasil debido a su gran tamaño relativo en relación con los
países estudiados concernientes a la macrozona, ésta, ha tenido fuertes
variaciones anuales del PIB, arrojando una tasa de crecimiento promedio para
toda la macrozona de 2,2% para el período 2012 al 2018.
El país que más ha crecido es
Bolivia que según el Banco Mundial, ha tenido un crecimiento promedio de 7,8%,
luego le sigue Perú con 3,9%, Paraguay de un 2,9%, Chile 2,6%, Argentina 0,3% y
Brasil con -3,8%.
Por lo que se puede apreciar, los
últimos años de la década pasada no fueron auspiciadores de crecimiento. No obstante,
si se aprecia con la actividad comercial más importante de Tarapacá la variación
del crecimiento anual de ventas de ZOFRI para igual período fue de -0,4%, lo
que implica que su desempeño relativo ha sido menor con los principales países
del entorno económico.
De acuerdo con los efectos que se
ha tenido por el COVID 19, las tasas de crecimiento van a ser negativas muy
cercanas al 7% como caída en el presente año, y con un mayor gasto fiscal que
ha ido en subsidios de las familias y empresas para soportar los efectos
sociales y económicos de la pandemia, lo más probable que al final de esta
crisis sanitaria las condiciones productivas en términos del PIB sean muy
similares a las del año 2010.
En la medida que se encuentre una
vacuna que permita a volver a las condiciones de productividad de productos y
servicios anterior a la pandemia, se podría estimar una recuperación a partir
del 2021, sino se encuentra esta solución sanitaria universal, se deberá
reconocer esta nueva normalidad de actividad productiva que afectará a la sociedad
en general a una tasa menor de crecimiento.
Junio 29 del 2020
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