Los próximos días la sociedad
chilena deberá definir su futuro constitucional mediante un plebiscito a pesar
de no tener las condiciones sanitarias óptimas para su realización, pero al
parecer la ansiedad política supera el sentido común del resguardo de la salud
de todos los chilenos que irán a sufragar. Y al parecer la impaciencia no
permite esperar siendo que aún hay varias comunas en cuarentena y no han podido
avanzar en las etapas de mayor liberación de movilidad de las personas, pero el
itinerario legalmente está programado.
Existen diversas posturas
respecto de la constitución que se desea, unos a partir de cero que tienen como
objetivo de eliminar la institucionalidad vigente, bastantes radicales, y otros
que poseen las expectativas de la aplicación desde un piso existente, y desde
allí mejorar la carta fundamental. Y otros, esperan que el congreso continúe
mejorando la Constitución como ha ocurrido hasta ahora.
Chile posee un sistema
democrático que costó bastante construirlo y un modelo económico que también su
diseño, desarrollo, y optimización ha tomado bastante tiempo, el hecho de
lograr un Banco Central autónomo, mercados de valores y capitales, de bienes y
servicios, con sus respectivos reguladores ha sido un camino histórico que no
se puede desconocer y que debe ser perfeccionado para obtener los mejores
logros para la sociedad chilena.
No obstante, han existido
manifestaciones explícitas de algunos líderes políticos que hacen referencia a
afectar a los alcances logrados y que se interpretan como amenazas a lo obtenido,
por ejemplo, estatización: de los fondos de las administradoras de fondos de
pensiones, de capital de los grupos económicos, todos recursos invertidos que
implican un dinamismo para la economía nacional.
No se debe olvidar que el éxito
de la economía chilena se ha logrado con una apertura económica que tiene
décadas en proceso de construcción y perfeccionamiento, donde se ha
recepcionado inversión extranjera y también se han colocado recursos invertidos
en el resto del mundo, Chile es una economía interdependiente, todo este tipo
de señales, lo único que causa es la pérdida de la confianza y en la
disminución de expectativas de inversión, y su respectivo efecto negativo en el
crecimiento y empleo.
Chile necesita una recuperación
inmediata de la actividad económica post pandemia, para que pueda lograr un
bienestar que las personas necesitan, y las expectativas existentes jugarán un
rol fundamental para sus respectivos logros.
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