La ciudadanía chilena tomó sus decisiones a fines del 2017,
se destaca las elecciones presidenciales que poseen varias consecuencias para
Chile. Se ha decidido rectificar el rumbo de políticas públicas que se
relacionan con el bienestar de las personas, se han rechazado promesas de las
que se duda su cumplimiento, optando por un programa social que sea sustentable
en el tiempo:
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La gratuidad de la educación superior, incluyendo
la universalidad en la formación de técnicos, donde existe la conciencia social
hacia el Estado que su financiamiento es bastante oneroso de acuerdo a sus
posibilidades macroeconómicas. Incluye el financiamiento con crédito solidario en
estudios de posgrados.
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Respecto de la educación primaria y secundaria,
la población espera un mejoramiento de los sistemas de selección, donde los
padres esperan que sus hijos sean elegidos por sus capacidades, y no por un
sistema de sorteo, se ha vuelto a reconocer que haya un sistema de oportunidad
educacional de acuerdo a las capacidades de los estudiantes y con mayor calidad
en aulas.
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Se ha optado en materias de salud por un
mejoramiento del sistema público, confiando que las listas de espera disminuirán,
asociado a una prestación de servicios de mayor calidad; anhelo de la población
de la tercera edad jubilada, que debe soportar largas filas para lograr una
hora de atención de especialidad médica asociados a los exámenes pertinentes,
especialmente los relacionados con imagenología. Lo que se complementará con
una nueva garantía AUGE, mejoramiento gradual de las pensiones, mayor
integración a la vida económica y social del país.
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La seguridad ciudadana se fortalecerá con las
Fuerzas de Orden y Seguridad Pública; se priorizará la atención a víctimas de
delitos y mayor reinserción social para las personas penalizadas.
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En la Araucanía la población eligió por una
mayor justicia por los delitos cometidos, creándose un Consejo para la Paz en
la Araucanía, rechazándose los actos violentos y se promete reparación a las
víctimas del terrorismo con un plan de impulso de la zona para los años 2018 a
2026.
Estos
son los componentes que se destacan entre los compromisos de gobierno del
Presidente Electo, que entre otras 745 medidas posee una valoración de US$ 14.000 millones desde 2018 a 2021, representado el 5,5 del
PIB de un año; posteriores al 2022, el
costo es de US$ 4.800 millones, que representa un 1,8% del PIB anual.
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