Después de las elecciones de
congresistas y presidencial de este mes, se puede apreciar la configuración de
la estructura del poder de acuerdo a las preferencias que definieron los
electores en este proceso democrático. De acuerdo a la modificación del sistema
electoral desde uno binominal a uno proporcional, ocupando el Sistema
d’Hondt, que permite la elección en algunas circunscripciones
senatoriales más de dos senadores y en distritos más de dos diputados.
Se presentaron 26 partidos políticos
conformados en 9 coaliciones, que desarrollaron sus estrategias para acceder al
poder político del Congreso bicameral, en términos de pactos y subpactos. La
existencia de 26 partidos políticos muestra sus diferencias de visiones de país,
de acuerdo a las declaraciones de sus principios, con una gran fragmentación siendo
unas muy parecidas de otras, y en otros casos con una gran diferenciación.
Después de las elecciones de
estas 9 coaliciones lograron ser 3 las exitosas: Chile Vamos, La Fuerza de la
Mayoría y Frente Amplio, las que lograron las tres mayorías presidenciales, y a
su vez la mayor cantidad de escaños de ambas cámaras. Con la excepción de
Convergencia Democrática que liderada por la Democracia Cristiana logró obtener
diputados y senadores, pero con un bajo rendimiento en la carrera presidencial.
El hecho que se vayan creando y desarrollando
una mayor cantidad de partidos que buscan su sobrevivencia con las reglas
electorales actuales trae consecuencias para el país que posee un régimen de
gobierno presidencial para un periodo de cuatro años.
Primero que para que un
presidente logre gobernar deberá satisfacer requerimientos de varias visiones
de país existentes en el Congreso para lograr los votos necesarios de acuerdo a
lo que exija como quorum cada proyecto de ley, dependiendo de su calificación.
Estas visiones dependerán de los liderazgos que posean los distintos
congresistas de acuerdo a su visión de país, si saben comunicarlas y
comprometer al resto para lograr las modificaciones a los proyectos de ley
presentadas por cada comisión y que sea ratificada por cada una de las cámaras.
Segundo, en un periodo
presidencial de cuatro años, la coalición de partidos que haya apoyado a un
presidente electo, lo más probable que en el transcurso de los últimos dos
años, algunos partidos o congresistas conformarán una semi oposición en
vísperas de lograr la presidencia para el próximo período, dificultando la
capacidad de gobernar del ejecutivo electo.
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