La sociedad chilena ha ido creando un sistema político en la medida que ha transcurrido el tiempo. Este sistema se ha caracterizado por la formación de partidos políticos, por una parte, y otra, que se complementa con diversos grupos de interés como asociaciones empresariales, sindicatos, colegios de profesionales, organizaciones estudiantiles, organizaciones comunitarias.
Esta estructura
política interactúa con la estructura de poder del sistema democrático tales
como el poder ejecutivo y legislativo para lograr sus propósitos políticos o
gremiales, según sea el caso.
No obstante, las
organizaciones de tipo gremial deberían enfocarse con objetivos claros y
concretos para procurar un mejor bienestar a sus asociados con sus respectivas
contrapartes del sector privado o público, según sea la situación específica
que se trate.
Los partidos
políticos por su parte, y de acuerdo con la fundamentación de sus principios
desarrollan una visión de la sociedad nacional que desean alcanzar, algunos con
ideologías muy propias y otras adoptadas de pensamientos desde otras
civilizaciones extranjeras, que tienden a regular su actuación y procesos de
decisiones.
Si se analiza la
interacción al interior del sistema, se puede apreciar dos procesos: la influencia
partidaria en diversos gremios politizando los problemas gremiales
históricamente en Chile; y lo segundo, el continuo fraccionamiento de los
partidos políticos causados por sus líderes oligárquicos y él surgimiento
emergente de nuevos partidos por el descontento de la ciudadanía. Estos
procesos aumentan la complejidad para un régimen de gobierno presidencialista
para lograr acuerdo y mantener las coaliciones gobernantes, aumentando el
riesgo de gobernabilidad y el bienestar de la sociedad chilena. Especialmente,
en períodos presidenciales de cuatro años, donde los dos tercios iniciales
tratan de conformar alianza para gobernar y un tercio del período restante, una
parte de la coalición gobernante tiende a transformarse en semi oposición para
ser alternativa de poder para el periodo siguiente.
Actualmente, Chile
posee un contexto partidario altamente fraccionado y con gremios muy atentos a
los cambios constitucionales, reformas laboral y tributaria, con una recesión
que se inicia e inflación, que requiere acuerdos más de interés nacional que
particular para mitigar los efectos desfavorables de la situación actual.
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