La operatividad del sistema de zona franca radica en la capacidad empresarial de sus usuarios que de acuerdo con su experiencia han logrado una especialización en el transcurso del tiempo desde cuando se inició el sistema desde 1975 hasta el día de hoy. Por otra parte, la administradora que posee el contrato de concesión de explotar el sistema franco con franquicias aduaneras y tributarias facilitando los bienes inmobiliarios para la explotación del sistema, obteniendo los pagos por los respectivos derechos que le retribuyen los usuarios por el uso del sistema con la respectiva excepción tributaria.
En un inicio, en la década del setenta los
aranceles eran bastante altos, y el sistema franco tenía un rol relevante como
un sistema de régimen suspensivo aduanero, que permitía el ahorro del costo
financiero por el pago de aranceles e IVA de mercancías que posteriormente se
destinaban a la destinación aduanera definitiva como la importación al resto
del país, régimen general, para su consumo definitivo. Pero, por otra parte la
experiencia de los usuarios en el proceso de adquirir productos desde el
exterior, el hecho de hacer uso del transporte marítimo aprovechando las
economías de escala respectivas en cargas unitarizadas en contenedores de
distancias lejanas de miles de kilómetros principalmente desde Asia,
Norteamérica, lograron desarrollar una oferta comercial para el norte del país
y para los países vecinos, con una influencia económica hacia el sur del Perú,
Bolivia, Paraguay, Brasil Occidental y Noroeste de Argentina. Facilitando que
los clientes extranjeros accedieran a una oferta comercial diversa
complementado con el transporte terrestre, siendo fundamental el proceso de
integración física asociado a la infraestructura vial para alcanzar los
mercados de destinos.
Durante la historia del sistema franco, se
fueron consolidando varios rubros de productos en la operación de zona franca,
muchos han sobrevivido a los cambios de globalización y los tecnológicos asociados al e-business, entre
ellos destacan su crecimiento en el volumen de sus negocios durante los últimos
15 años: Perfumería 458%, joyería y bisutería 330%, licores y bebidas 297,3%,
prendas de vestir 148,4%, productos alimenticios 137,8%, aparatos de
electrónicas 108,9%, rubros que se destacan al interior del sistema que en
igual período ha logrado crecer un 79% en su totalidad.
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