Dr. Héctor Varas M.
Los últimos meses
se han observado diversas formas políticas de cómo redistribuir el ingreso, las
evidencias de los acuerdos que ha tomado la convención constituyente en la
medida que ha pasado el tiempo, ha demostrado que busca estatizar la gestión
privada de diversas actividades empresariales asociadas a la explotación de
recursos naturales, formulaciones que no respetan el derecho de la propiedad
privada de los fondos de pensiones pertenecientes a los chilenos que con sus esfuerzos de
trabajo de toda una vida han logrado un ahorro previsional con una clara
voluntad de estatizarlos, y otras disposiciones que tienden a coartar la
iniciativa privada de muchos emprendedores porque no existen las expectativas
que se van a recibir los réditos del esfuerzo de pequeños y medianos
empresarios en un horizonte de largo plazo.
¿Ésta es la forma de
mejorar la inequidad y la pobreza?, ¿si vamos a distribuir más la riqueza
lograda que hacerla crecer?, ¿es realmente una solución justa para la juventud
que estudia con gratuidad y otros con los esfuerzos de su trabajo cotidiano de
ellos en sus tiempos libres y/o de sus padres? Muchos jóvenes tienen la
esperanza de emprender, formar sus familias y educar sus hijos en función de
sus principios sociales, culturales, religiosos propios de sus tradiciones,
creencias y valores. ¿Por qué delegar la responsabilidad de la educación de sus
hijos en el Estado?, ¿Por qué el Estado debe asumir la autoridad, responsabilidad
y decisión de qué educación deben tener los hijos de los actuales y futuros
padres?, ¿esto desea la mayoría de los chilenos?
La Convención
Constituyente ha errado el camino, no ha sabido leer el mensaje de lo que
pidieron los chilenos, las personas que marcharon pacíficamente en octubre de
2019 solicitaron un estado más solidario y equitativo con las bases de un único
sentimiento nacional, con tolerancia a las diversas culturas y a las diversas
ideas coexistentes en la sociedad. Pero, no para someter unas ideologías sobre
otras bajo una óptica totalitaria, sino más bien con un resguardo y
perfeccionamiento del sistema democrático, con una renovación de las
autoridades políticas que décadas han estado en el poder sin corregir las diferencias
que se fueron sustentando en el proceso de crecimiento económico en décadas.
Chile si desea
mejorar su bienestar debe recoger el camino de un mejor crecimiento con empleo
y equidad de acuerdo con sus capacidades históricas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario