La
historia de la educación superior data del 10 de mayo 1965 con el inicio de la
impartición de las carreras Técnicas en Administración, Construcción, Auxilar
Servicio Social, con una matrícula de 224 estudiantes, gestionadas por el
Servicio de Extensión de la Universidad de Chile, dependiente de la Sede de
Antofagasta. En 1966, se agregan las carreras de pedagogías en Inglés, Biología
y Matemáticas.
En
1967, la sede agregó las carreras: Técnicas Orientadora
del Hogar y administración Pública. Además, por primera vez se rinde la prueba
aptitud académica en Iquique, generando las expectativas de las familias
iquiqueñas de la posibilidad para sus hijos de continuar la educación superior
en la ciudad. Este mismo año se tienen los primeros egresados técnicos. A su
vez la extensión universitaria se hizo presente con cursos de veranos en
oficina Victoria e Iquique, tales como Tecnología y Práctica Hotelera (con
práctica en el Hotel Prat), Corte y Confección, Estética Femenina,
Enfermedades, Mueblería y Curso para Garzones, participando alrededor de 1.436
personas, un gran porcentaje de la población para esa época. A mediados de
julio se realizó el primer seminario sobre “Los problemas y perspectivas de
desarrollo de la Región de Tarapacá y su incidencia en la economía nacional”,
tal vez uno de los primeros eventos universitarios de análisis económico de la
Región.
A
continuación, en 1968 se creó el Centro de Investigaciones del Salitre y la
Industria Química, organizado y sostenido por la CORFO, y también se gestionó el
desarrollo turístico de la Quebrada de Tarapacá en base a su historia y
arqueología, haciendo parte a los agricultores y ganaderos con el apoyo técnico
respectivo.
Desde
1969, se presentan los primeros problemas de escasez de recursos, al no haber
más disponibilidad para ello, deteniéndose el crecimiento del Centro
Universitario, contemporáneo con los procesos políticos de la reforma universitaria
requiriendo más docentes, arriendo de inmuebles y equipamiento y extensión
universitaria.
Desde
esa época la educación superior careció de recursos, como ocurre hoy, al tener
que satisfacer los requerimientos educación terciaria actuales de la Región. Finalmente,
se agradece el aporte del Historiador Juan Vásquez por su apoyo en el
desarrollo de esta columna.
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