Dr. Héctor Varas M.
Desde el año 2011 se han venido generando una
serie de cambios en la educación en Chile, procurando aumentar las
oportunidades para todos los educandos de los diversos niveles de educación
para lograr un mayor bienestar. La educación gratuita para los estudiantes
vulnerables para la educación superior se comenzó a implementar en el año 2016,
sin un reglamento previo que la regulara, y con introducción de glosas
presupuestarias del presupuesto nacional hasta la promulgación de la ley de
educación superior en 2018, sin conocerse el verdadero costo de la educación
superior, debiéndose resolver dificultades en el transcurso de su aplicación,
especialmente para aquellos casos de estudiantes que por reprobación retrasaron
sus estudios, no pudiendo cumplir con el periodo formal de sus carreras,
debiéndose hacerse cargo de parte de los aranceles en forma conjunta con su
institución de educación superior.
Por otra parte, la facilitación de admisión a
la educación superior mediante la generación de oportunidades a estudiantes
rurales mediante el programa PACE, las modificaciones que han existido en la
pruebas de admisión universitarias desde la PSU, PTU y ahora PAES, percibiéndose
que se han ido reduciendo las exigencias para ingresar a una universidad.
Complementadas además, que algunas carreras ponderan con mayor importancia las
notas de educación media que las pruebas de selección, debiendo las universidades
hacer un mayor esfuerzo para asumir su corriente de admisión, retención de los
estudiantes y además su progresión estudiantil para lograr la titulación
oportuna.
La educación para muchos es gratuita, pero
surge una duda fundamental acerca de la gratuidad ¿los estudiantes beneficiaros
la valoran realmente para lograr ser excelentes estudiantes, técnicos y
profesionales? Tema que amerita estudios realmente profundos para identificar
si los estudiantes están realizando su máximo esfuerzo para adquirir competencias adecuadas que
aseguren su buen desempeño o simplemente les interesa un título profesional que
estiman que por sí mismo les asegurará un mayor bienestar. No obstante, al
parecer no perciben el riesgo de los altos niveles competitivos globales que
están experimentando las diversas industrias y no asumen la conciencia de que
ya están en ella, arriesgando su futura empleabilidad técnico profesional del
resto de los años de su vida que podrían ser contratados en funciones de menor
rango a la de su título profesional.
Por otra parte, se está en pleno proceso de
desmunicipalización de la educación pre basica, básica y media hacia las organizaciones
denominadas SLEP, Servicio Local de la Educación Pública, en un contexto que se
recepcionan establecimientos educacionales sin mantenimiento adecuado con una
infraestructura que requiere refacciones, reposiciones de laboratorios, bibliografía. Y dada las
dificultades del proceso se ha tenido que avanzar más lento. Y por otra parte,
la oferta educativa no asegura la satisfacción de la demanda dejando una cierta
cantidad de estudiantes sin matrículas oportunas para incorporarse a clases
desde el primer día.
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