Dr. Héctor Varas Meza
La mayoría de las economías de
los países los indicadores de crecimiento, inflación y empleo pasan a ser
elementos críticos para la evaluación de las condiciones económicas de un país.
Chile cerró el año con un 3,9% de
inflación demostrando que el Banco Central está logrando su meta del rango de
inflación esperada entre 2 y 4%, después de haber conseguido contraer la
demanda agregada aplicando una política monetaria restrictiva al aumentar la
tasa de instancia monetaria, la que ya se ha reducido 300 puntos base y se
espera que durante el 2024 continúe la reducción, llegando a 4,75%, en un
contexto del 3% de inflación anual para los próximos tres años.
Pero, se continuará reiterando la
preocupación y discusión acerca del crecimiento, en este aspecto Chile no
creció durante el 2023, y se espera un rango de crecimiento entre 1,5 y 2,5%
del Producto Interno Bruto en 2024, pero expertos predicen un 1,75%, en un
contexto internacional cuya demanda es reducida. Por otra parte, no se aprecian
expectativas favorables de crecimiento si continúa la animadversión de las
autoridades respecto de la inversión, factor clave para aumentar el crecimiento
del país. Y esperar que no se continué formulando reformas económicas que
desincentiven el crecimiento y que se busquen bajo distintos instrumentos
técnicos para aumentar la productividad del trabajo y del capital, dado que
actualmente la capacidad productiva de crecimiento de Chile está delimitada con
un PIB tendencial del 1,9 en el mediano plazo, sino se logra mejorar la
educación, investigación, innovación y desarrollo en actividades productivas
con nuevos productos y mayor diversificación exportadora de bienes y servicios.
Respecto del empleo, la pandemia
ha dejado una herencia no deseada, los empleos informales que también se asocia
con la inmigración y en este aspecto será un gran desafío de lograr un aumento
del empleo formal, con salarios que se relacionen con la productividad que
entrega la fuerza de trabajo en las empresas, y esto también se asocia a la
inversión, a las capacidades del trabajo y del capital.
Esto trae consigo nuevamente la
reflexión si estos posibles resultados coinciden con las expectativas de la
sociedad chilena, el aumento del ingreso per cápita para los próximos años se
estimaba en 2023 en 1,6%, ahora es menor con la reducción de la estimación del
PIB tendencial, lo que no es suficiente para lo que Chile necesita y espera.
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