Dr. Héctor Varas Meza
La mayoría de las empresas tienen
como tradición celebrar sus fiestas de fin de año, algunos en vísperas de
navidad y otros en el último día laboral anual, algunos comparten regalos bajo
la nominación de amigo secreto, sonrisas y celebraciones que distensionan el
trabajo laboral y ayudan a mejorar en parte el clima organizacional, todo ello
valedero de acuerdo con sus respectivas culturas empresariales.
No obstante, navidad bajo la
conceptualización cristiana se asocia con la celebración del nacimiento de
Jesucristo, Dios hecho hombre y que es reconocido como el Salvador, e invita a
volver a nacer renovando la fe, e reiniciar un nuevo camino con metas, anhelos
y deseos asociados a la esperanza de cambios internos y también externos.
La mayoría de los empresarios
tienen conocimiento que el próximo año 2024, desde el punto de vista económico
trae desafíos similares a este 2023 que termina, se sabe que las expectativas
de crecimiento económico están fluctúan entre el 1,25 a 2,25% anual, la
inflación va a estar cercana al 3%, e implica la búsqueda de una constante
innovación, búsqueda de eficiencia para mantener la competitividad para la
sostenibilidad en el tiempo.
A pesar de lo anterior, algunos
poseen fe que su capacidad de innovar, investigar y encontrar nuevas
necesidades no satisfechas les permitirá crecer mucho más allá de lo que se
espera para el resto de la economía, porque la Navidad les invita a acoger
estos cambios con fe y enfrentar los desafíos de una transformación interna,
con fuerza que les permite liderar al interior de sus organizaciones los
cambios necesarios para lograr ventajas en sus sectores productivos o servicios,
mediante la búsqueda de oportunidades de
acuerdo a sus capacidades y vulnerabilidades.
La propagación de estas nuevas y
buenas ideas de mejorar la visión empresarial motiva al resto de sus
colaboradores a realizar el esfuerzo conjunto de la forma más organizada
posible, con cambios de procesos y procedimientos para alcanzar los objetivos
todos ellos con compromisos y esperanzas de lograr una equidad distributiva
para los clientes, proveedores, trabajadores y empresarios. Donde el
crecimiento es valorado por todos de acuerdo con sus respectivos esfuerzos y
sacrificios, con sus propias motivaciones y recompensas para los participantes
en el desafío empresarial, de mantener su viabilidad organizacional y económica.
¡Feliz Navidad y un buen año nuevo!
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