Dr. Héctor Varas Meza
Se aproxima el término del año 2023, y ya se
tiene conocimiento de expectativas concretas del desempeño económico que se ha
logrado obtener con previsiones claras para este mes de diciembre, para cerrar
el año. No obstante, para muchas personas podrían tener interrogantes acerca
del devenir económico para este año 2024. Cuáles son los escenarios
internacionales que deberá enfrentar Chile bajo la consideración que es una
economía bastante abierta, cuyas importaciones y exportaciones tienden a ser
alrededor del 50% Producto Interno Bruto (PIB).
En primer lugar, los principales socios
comerciales de Chile, están orientados a controlar la inflación derivada desde
la pandemia, y esto implica que durante 2024, seguirán con políticas
restrictivas desde la perspectiva monetaria y del gasto fiscal. Por otra parte,
se mantienen los efectos económicos de la guerra entre Rusia y Ucrania, y
además, los impactos de los cambios climáticos, lo que ha ido modificando la
productividad desde el punto de vista geográficos para varios países que basan
su desempeño comercial en materias primas, especialmente derivados de la
agricultura.
A la fecha el desempeño de la economía mundial
sigue siendo inferior al período de la prepandemia, y para el próximo año se
estima que el crecimiento mundial se desacelere respecto a lo logrado en los
años 2022 y 2023, es decir su crecimiento está estimado en 2,9% por el FMI. Al
respecto, de las economía avanzadas se estima que crecerán cercano al 1,4% para
2024, tasa menor a los años 2022 y 2023. Y en cuanto a las economías emergentes
se proyecta un crecimiento del 3,9%, y esto está afectado por la detención del
crecimiento inmobiliario de China que corresponde a un 30% de su PIB que
afectaría a los exportadores de materias primas del sector. En cuanto
a la inflación mundial se cree que esté alrededor del 5,8%, bastante
inferior a años anteriores, pero aún sigue siendo alta para la población más
vulnerable.
Lamentablemente, los efectos de los cambios
climáticos puede repercutir en los precios de los alimentos y en los costos de
energía, implicando una presión inflacionaria no deseada, frente a un alto
nivel de endeudamiento de la mayoría de los países en desarrollo. Para efectos
de reducir los impactos se hace necesario buscar la flexibilidad laboral, para
absorver la mano de obra desempleada y mitigar los efectos esperados.
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