Dr. Héctor Varas Meza
Por décadas en las ciencias económicas se ha
escrito sobre centro y periferia, no solamente los economistas de la CEPAL, Comisión
Económica para América Latina, sino que también destacados economistas de
países desarrollados, entre ellos Paul Krugman, Maurice Obstfeld e
indirectamente Gottfried Haberler.
En la medida que se fueron desarrollando las
teorías de las ventajas absolutas y comparativas del comercio internacional, se
fundamentó principalmente en las capacidades productivas de cada país en
relación con otros países, y si estas capacidades resultaban ser
complementarias se presenciaba el intercambio comercial entre países,
intercambiando bienes entre industrias distintas existente en cada país. En
este contexto se aprecia que el comercio entre países desarrollados,
considerados como centro, y en vías de desarrollo o subdesarrollados, clasificados
como periferia; los primeros exportan bienes manufacturados producidos con
intensidades de capital y tecnologías, y los segundos exportan bienes
intensivos en trabajo y en el factor tierra.
Por otra parte, se aprecia que entre países
desarrollados de similares condiciones productivas, con proporciones similares
de capital y trabajo combinados con una tecnología altamente competitiva,
permiten el intercambio comercial de productos entre países levemente
diferenciados, en función de los gustos y preferencias existentes. Por ello, no
es de extrañar que EE. UU. y Japón se intercambien automóviles entre sí. Esto
se debe a que en estos países existen conglomeraciones demográficas que permite
la concentración de capital y tecnología produciendo productos con un alto
nivel de escala de producción reduciendo eficientemente sus costos de
producción y transportes para alcanzar mercados con una mayor competitividad.
En cambio, países en vías de desarrollo poseen
una baja concentración de población, y escaso capital, sobreabundando la mano
de obra como es el caso de Chile, debiendo destacar en la exportación de
materias primas e importar los productos intensivos en capital y tecnologías
desde países desarrollados.
Por otra parte, la Región de Tarapacá al ser
una zona extrema y desértica, alejada de grandes centros de consumo, siendo una
región que se caracteriza por ser un nodo logístico entre países desarrollados
y países vecinos y cercanos, y además alejada de centros productivos del país
como el área metropolitana debe enfrentar esta condición permanente de
periferia.
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