Dr. Héctor Varas, académico UNAP
La Constitución actual establece la autonomía del Banco Central de
Chile, según su artículo N° 108 señala “Existirá un organismo autónomo, con
patrimonio propio, de carácter técnico, denominado Banco Central, cuya
composición, organización, funciones y atribuciones determinará una ley
orgánica constitucional”, además el artículo 109 delimita explícitamente las
atribuciones de esta entidad, no permitiendo financiar al Estado, organismos de
éste o empresas públicas, con excepción de caso de guerra o posibilidades de
ella, que debe ser calificada por el Consejo de Seguridad Nacional.
Por otra parte, la Ley Orgánica
del Banco Central, establece al Banco Central como la única entidad que tendrá
la autoridad para regular la emisión del dinero circulante en la economía del
país y el establecimiento de la paridad cambiaria de la moneda nacional con la
de otros países. El establecimiento de esta norma se debió que, en varias
décadas pasadas, que tanto la emisión del dinero como la fijación del tipo de
cambio, fue mal usado para cumplir promesas demagógicas de diversos gobiernos
de turnos. Se emitió dinero más allá de la capacidad de producción e
importación de bienes y servicios existentes en el país, con la finalidad de
financiar gasto público sin políticas tributarias o ingresos de empresa
públicas, provocando un aumento de los precios, afectando el poder adquisitivo
de la población, especialmente a las familias de menores ingresos, ejemplo de
ello es el caso crítico de 1973 con una inflación del 605,1 % anual. En otras
palabras, el aumento sostenido de los precios por emisión no razonable de
dinero se traduce en un impuesto para las personas, causado por aquellos
gobiernos que financiaron su gasto fiscal con emisiones excesivas de papel
moneda más allá de las posibilidades productivas del país.
Por lo tanto, frente a la
alternativa de un cambio constitucional, más allá de los derechos y
obligaciones de las personas que podrían buscar los actores de grupos de
intereses o políticos que tratan de promover un cambo constitucional, la
autonomía del Banco Central es un factor clave para el bienestar de las
personas, especialmente para los deudores en U.F., porque vela por la
estabilidad de la moneda y el funcionamiento de los pagos internos y externos,
siendo exitoso en el control de la inflación durante los años de independencia
del resto de los poderes del Estado.
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