La globalización económica mundial ha tenido
varios procesos, se inició en la segunda mitad del siglo XIX, y se detuvo entre
la pimera y segunda guerra mundial, para tomar un fuerte
impulso a partir de los inicios de los años 50. Durante la segunda mitad del
siglo pasado se presentó una fuerte integración comercial entre los países,
causados por el avance tecnológico del transporte internacional, logrando
abaratarse los costos logísticos, asociado a los avances en las comunicaciones
y en la transferencia electrónica de la información.
Este proceso
implicó una fuerte interdependencia entre disponibilidades de materias
primas, valores de mano de obra distintas, dotaciones de capital diferentes,
complementados con los gustos y preferencias diversas a través de todo el mundo.
Pero, en este proceso como todo tipo de orden competitivo, también ha implicado
la existencia de países más beneficiados y otros menos. Asi, se puede apreciar
el descontento de algunos estados de los resultados de la integración comercial
que se ha manifestado fuertemente con la imposición de nuevas barreras
arancelarias y otros tipos como cuotas y sobretasas a las importaciones, e
incluso algunos páises han implementado los aranceles a las exportaciones para
evitar quedar desprovistos de bienes, afectando su propio bienestar interno
encareciendo los productos al interior de sus fronteras optando por la
ineficiencia económica y por un menor bienestar.
Desde la salida del Reino Unido, mediante el
Brexit de la Unión Europea, el aumento de las tasas arancelarias de parte de
los Estados Unidos como una medida de protegerse de los niveles de competencia
externa da el inicio de un proceso de una nueva estructuración comercial y
productiva, que tiende a mitigar la interdependencia internacional, la
producción tiende a aglomerarse con mayores cercanías vecinas como una especie
de subglobalización a mayor costos de producción, sin explotar con eficiencia
la especialización internacional del trabajo.
En fin se está optando por suboptimizar los alcances de una integración
global por uno parcial reconfigurando las cadenas de valor de sus industrias.
El paradigma de ciclos de globalización es lo
que se está viviendo, retracción del comercio mundial y de la inversión
bancaria internacional, según datos de organismos como el Banco Mundial y la
Organización Mundial del Comercio, es una realidad que se debe asumir, que se
aceleró con la pandemia y los conflictos geopolíticos actuales.
Héctor Varas M.