Dr. Héctor Varas M.
Hace poco el Sr. Mijaíl Gorbachov
cumplió 90 años, abogado y líder del ex Estado soviético en los últimos años de
la Guerra Fría, y Jefe de Estado de la Unión soviética. Después de haber estado
participado activamente en el Partido Comunista reconoció la política errónea
de la economía planificada que habían sostenido por más de setenta años, logró prever
el agotamiento de la capacidad de
crecimiento económico de la URSS, al mantener
la orientación de su toma de decisiones mediante precios prefijados sin
considerar indicadores de economías de mercados internacionales y hacer caso
omiso de sus propias ventajas comparativas que la condujo a una ineficiencia
productiva y económica que a inicio de los años noventa les dificultó la
subsistencia a los soviéticos.
Su intención de reforma escrita en
la Perestroika y enfatizada en la Glasnost son obras que se debe mantener
presente para no cometer errores de aquellos que pregonan que el comunismo es
un sistema de bienestar que se puede lograr aumentando el bienestar de la
población sin considerar los indicadores de competitividad de las personas,
empresas y sus respectivas ventajas comparativas y competitivas, que permitan
sustentar las necesidades de la población con esfuerzos productivos orientados
a los requerimientos del mercado. Su fracaso fue el inicio para que las
economías socialistas europeas orientales volvieran a los sistemas de mercado, que
después de gran esfuerzo han regresado a las sendas del crecimiento y
desarrollo.
La República Popular China ha
sido un claro ejemplo de que a pesar de su ideología comunista ha orientado los
esfuerzos a los indicadores de mercados tanto a nivel interno como externo,
logrando aumentar su PIB per cápita de US$ 49 en 1948 cercano a los US$ 9.000
en esta década, lo ha logrado con un gran esfuerzo educacional, científico y
productivo elevando su producto interno bruto en varias ocasiones por sobre el
10%. En otras palabras, reconocen el crecimiento como fuente de riqueza que se
debe distribuir con el esfuerzo de cada persona que aporta a la sociedad sin
descuidar una base solidaria para aquellos que por diversas razones sociales o
de salud no pueden mantener un alto nivel productivo.
Aquellas economías que han
reconocido sus capacidades productivas competitivas, en un proceso de
exportación exitoso han permitido un aumento gradual de rentas como han sido
los casos de Chile y México en América Latina, que con mayor esfuerzo social
pueden lograr aún un mayor bienestar.
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